¿Qué es ser miope? No ver de lejos, llevar unas gafas con lentes negativas, o tener más posibilidades de sufrir una enfermedad en el ojo, deberían ser las primeras definiciones. Y también deberían ser las primeras razones para querer evitar la miopía.
Vale, acepto que comparar la miopía con una pandemia a día de hoy es controvertido, pero ilustra muy bien la evolución de la población afectada a lo largo de los años, al menos desde que tenemos datos.
Por ello evitar la miopía y las complicaciones asociadas a su progresión se están convirtiendo en la prioridad del sector óptico.
En 2019, Essilor lanzó una campaña en América llamada «La miopía importa«, en ella se plantearon alcanzar dos objetivos:
- Conseguir concienciar a los profesionales afines a la salud ocular sobre la importancia en la prevención de la miopía, en concreto, que tratar la miopía a tiempo puede evitar problemas de salud ocular más adelante.
- Aumentar las habilidades de los profesionales para mejorar los resultados relativos al manejo de la miopía, controlando su progresión y complicaciones asociadas.
Cuando una compañía multinacional de estas dimensiones y otras empresas de características similares pero de diferentes sectores comienzan por la concienciación para arreglar el problema, nos damos cuenta del precario punto de partida en el que estamos ante la miopía.
El mayor escollo a salvar es la desinformación y la confusión general que se transmite en algunos medios sobre métodos y remedios caseros, naturales o milagrosos para mejorar la visión.
Para el lector que no conozca nada de optometría, Estados Unidos es una de las mayores potencias mundiales (sino la primera) en servicios optométricos, y sus profesionales son de los más cualificados que existen.
¿Es fácil formarse en el control de miopía?
No, no lo es.
De hecho es muy complicado fuera de los países pioneros, porque encontrar información útil sobre el tema sin ser un profesional o sin saber bien donde buscar es una tarea desalentadora.
Mucha de la formación es presencial, y con prácticas.
Como profesional puedes comenzar por formarte en cómo usar las lentes de contacto de los laboratorios para tus pacientes, o a qué tipo de casos aplicar un cierto criterio u otro.
Para la población en general es posible que tardemos varios años en conseguir extender el conocimiento a través de divulgadores, pero se avanza en este aspecto.
¿Evitar la miopía puede salvar de una crisis a la sanidad?
El mayor desamparo puede llegar en unas pocas décadas cuando se necesiten unas 3 veces más servicios ópticos y oftalmológicos, se tripliquen los casos asociados a patologías por graduaciones altas, y el envejecimiento de la población junto al aumento
Esta no parece una situación fácil de solucionar, especialmente porque aunque las instalaciones se pueden ampliar, a los profesionales que deben atender y cuidar de nuestra salud hay que prepararlos y formarlos con antelación.
El sistema educativo actual no está preparado para triplicar los profesionales que salen cada año durante los próximos 15 – 20 años, para que cuando llegue 2050 tengan experiencia y estén listos para la que se avecina.
Si alguna vez llega a darse la situación que se espera, estaremos ante un colapso sanitario histórico y global, o si algún país o región lo consigue «solucionar», nacerá ante el turismo de salud moderno a gran escala, que podría ser aún peor.
Por esta razón la prevención juega un papel fundamental, desde luego queda mucho trabajo por hacer y aún tenemos tiempo de remediarlo, los primeros pasos se están logrando avances a través de la formación y la innovación en los productos destinados al control de la progresión miópica.
Aún quedan profesionales de la visión que siguen trabajando con la metodología adquirida en la carrera, unos conocimientos adquiridos mediante lecciones que les enseñaron hace años y que no han sido renovadas y actualizadas con los descubrimientos posteriores.
Crear un modelo de trabajo común para todos los profesionales sería el punto de partida ideal, pero los problemas técnicos de equipamiento, formación y educación chocan con un sector históricamente reactivo a las necesidades de sus pacientes, rara vez se adelanta.
En España el esfuerzo del Colegio de ópticos para hacer que los profesionales se formen es relativamente reciente, carece de carácter obligatorio para ejercer la profesión, es una mezcla de formación y manual de buenas prácticas que bajo el programa «Validación Periódica Colegial«.
Aunque hay un plan propuesto por el CGCOO con un informe técnico para crear unos 200 puestos de optometristas en el sistema nacional de salud, se están manejando datos y cifras actuales, en pocos años serán necesarios más del triple.
Por el otro lado, para cubrir las necesidades formativas y avances que se suceden en el sector, las empresas privadas y asociaciones ven una buena oportunidad de favorecer sus intereses a través de los cursos que imparten para adquirir más conocimientos.
Esto diversifica la formación, y disipa el foco en un área concreta, pues cada empresa tiene unas prioridades y el mercado es muy amplio como para concentrarse en una sola disciplina.
Responsabilidad de identificar pacientes en riesgo
Es primordial que cuando tenemos un paciente miope, no nos limitemos a prescribir un par de gafas de lejos para corregir la vista.
Deberíamos averiguar que mecanismo está provocando las subidas de graduación y si es necesario establecer un plan para ralentizar el avance.
Por ello no es suficiente prescribir gafas monofocales, este tipo de elementos no intervienen en la desaceleración de la progresión de la miopía.
Manejamos datos sobre un aumento del 14% de prevalencia (del 28% al 42%) desde el año 2000 al 2020 sólo en la población de EE.UU. Si cada 20 años aumenta un 14% la prevalencia, eso supondría un aumento de los servicios asistenciales del 50% actual cada 20 años.
Por poner un ejemplo, en España tenemos 20000 ópticos, si aumenta la prevalencia de la población miope un 14% en 20 años, serán necesarios 30000 para esa fecha, pero también unos 5000 nuevos centros y por consecuencia unas 50 consultas de oftalmología, en una población envejecida y una tasa de natalidad en descenso.
Si no hacemos nada, llegaremos al colapso antes o después, si no es del sector de la óptica, será de la salud, la oftalmología o la industria que fabrica soluciones ópticas.