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Para los padres

¿Sabías que ofrecer información a los padres facilita el proceso de control de miopía? El fin último del control de miopía, es conseguir que los usuarios, en este caso, los pequeños, tengan una vida lo más sana posible, libre de enfermedades y complicaciones visuales en relación con su vista y los peligros que les puedan suponer.

Eso sólo y exclusivamente depende del interés que todos los profesionales y personas que interactúan con el niño pongan en detectar las anomalías y comportamientos fuera de lo normal que pueda presentar el pequeño en los primeros años de vida.

Por eso prestar atención a los detalles y mantener una comunicación con tu hijo, va a ayudarte a detectarlas.

Para los padres: Manejo de las expectativas​

Para los padres, no hay mayor deseo o satisfacción, que sus hijos sean mejores que ellos (para casi todos), tengan mejores vidas, alcancen sus metas y objetivos, y sobretodo que sean felices.

En ocasiones, esto puede entrar en conflicto por las expectativas que genera alrededor del niño en tres ámbitos que diferencio:

Expectativas de la familia

Las presiones de la familia para que el niño desarrolle hobbies comunes, afinidad por ciertas actividades o temas de conversación pueden provocar rechazo y alejamiento. Así como la comparación por cambios que se producen en el cuerpo y la mentalidad de los adolescentes, que son completamente normales en el desarrollo.

La comparación con otros familiares, ya sean hermanos, sobrinos, tíos o primos, pueden mermar la confianza del niño y hacer que dude de sí mismo,y deberíamos en la medida de lo posible, evitarlo, y analizar cada caso por separado. Esto puede abrir la puerta para los padres a conocer mejor la psicología del pequeño y que podamos entender las dificultades que se encuentra para ayudarle a buscar soluciones.

Cuando hay un familiar especialmente (cuando son los padres aún más) brillante, o que tienen éxito, muchos hijos asumen que su papel es ocupar ese lugar algún día, esta situación puede ser frustrante porque las circunstancias de desarrollo del niño pueden ser diferentes o incluso totalmente opuestas a las que originaron a la persona que triunfó, es importante dirigir su atención a sus propias circunstancias, y que la comparación no sirva como una hoja de ruta a cumplir, como por ejemplo que empezó a hablar a los 6 meses, o que leía con 2 años.

Expectativas intelectuales

Cuando las notas académicas que obtiene no son las que espera la familia, a menudo se crea una tensión sobre el tema que es mejor abordarlo claramente sin que pase mucho tiempo desde que empiezan los malos resultados hasta que se comienza a trabajar en la solución.

Ya que de no hacerlo pueden etiquetarlo de «no da para más» y similares, lo cual es falso, no hace falta buscar mucho para encontrar «genios» que tuvieron una infancia con dificultades de aprendizaje, y todo cambió cuando comenzaron a ser conscientes de cómo podían aprender cosas, explotaron ese medio y se desarrollaron intelectualmente.

En muchas ocasiones, son alteraciones del sistema visual, que merman el rendimiento escolar de los niños y adolescentes, entre estas anomalías, a parte de la miopía,se podrían incluir una insuficiencia de convergencia, o problemas de fijación y motilidad ocular. Cualquiera de ellas dificultan la lectura (por lo que la comprensión también baja) y hacen muy improductivo el estudio por la vía visual.

No me cansaré de decirlo (o escribirlo), aún tengo que conocer el primer niño que no tenga capacidad suficiente para desarrollarse si se le da la oportunidad, la dificultad está en crear las condiciones en las que esa persona puede desarrollar sus capacidades y alcanzar su máximo potencial, ya sea porque necesite un apoyo especial, un método personalizado de aprendizaje, o cualquier otro factor referente a sus circunstancias personales.

Expectativas deportivas

Es frecuente que a un niño al que no se le den bien los deportes, lo miren con condescendencia, en concreto los deportes que requieren precisión o los que más usan la visión periférica como el tenis, fútbol o el baloncesto, en estos deportes donde debes coordinar la visión y tu respuesta con una pelota o un balón, son excelentes métodos para cribar problemas visuales.

Para los padres puede ser doloroso ver cómo un hijo que tiene un talento especial termina por abandonar un deporte que hace pocos meses se le daba bien o que disfrutaba, pero debería ser un motivo, para que esa merma de la confianza sea analizada desde un punto de vista visual, y no se convierta en un estigma o punto de frustración para el niño.

Los balones que llegan altos y no se agarran bien, los problemas de cálculo y errores de coordinación, muchos de ellos no se deben a una falta de práctica, sino a problemas visuales que un especialista podría llegar a detectar en un examen visual.

Eso sí, es necesaria la colaboración de los padres, entrenadores o un adulto que lo pueda supervisar y determinar que la frecuencia de los errores con respecto a sus compañeros es más alta, y derivar al niño a realizar un examen visual.

Esto mismo, es lo que se potencia en la terapia visual deportiva, con unos resultados excelentes en los niveles más altos de competición.

Factores de riesgo​ y aparición en niños

Desde el embarazo, ya hay factores que pueden afectar a la visión de los niños, enfermedades, traumatismos, partos prematuros, pueden afectar a la vida del recién nacido desde el principio, y sin embargo no manifestarse claramente hasta que crecen. 
Nuestra recomendación es que si cumple con algunos de los factores, el niño sea revisado por un oftalmólogo de manera regular hasta poder descartar el desarrollo de una patología por estas causas.


Según el Instituto Brien Holden, los factores de riesgo y su influencia por orden de aparición en niños sanos, sin complicaciones congénitas son:

  • Padres miopes.
  • Error refractivo a temprana edad.
  • Etnia asiática.
  • Carga de trabajo en cerca.
  • Tiempo al aire libre.

Esta misma clasificación de los factores de riesgo se puede hacer en base a la progresión:

  • Edad menor de 9 años.
  • Padres miopes.
  • Etnia asiática.
  • Error refractivo con aumento mayor a -0.75 Dioptrías
  • Carga de trabajo en cerca.

Con respecto a la última lista, la prioridad de grupos en riesgo son los pequeños de 9 años o menos, porque su sistema visual es el más adaptable, con lo que tienen mayor capacidad para variar su graduación y ser flexibles.

Si ambos padres sufren miopía, ya sea por imitación o por factores genéticos, los niños tienen un riesgo más alto, tanto de aparición como de progresión, en este grupo se recomienda hacer un control de miopía y la evaluación mínima cada seis meses. En este caso, no debe ser una sorpresa para los padres, ya que son conscientes de sus propias circunstancias.

La etnia asiática parece predisponer a la población infantil a sufrir con más frecuencia de miopía, por lo que se vigila especialmente a los niños cuando están en edades tempranas y se pide a los maestros que estén especialmente atentos a los gestos, si se acercan mucho al escribir, pintar o hacer algunas actividades más visuales.

Para que los padres tengan idea de lo grande que es un cambio de refracción no asociado al crecimiento, al menos, no al desarrollo estadístico normal de la miopía, por ejemplo: según el instituto Brien Holden, un niño que debute con -1.00 dioptrías de miopía a los 6 años, con manejo de miopía mediante ortoqueratología llegaría a las -2,00 dioptrías a los 9 años de media, mientras que sin manejo de miopía llegaría a las -3,00 dioptrías.

En este ejemplo para los padres, la tasa de aumento de graduación es de 0.33 dioptrías por año en el caso de hacer un control eficiente de miopía, mientras que sube a 0.66 dioptrías por año cuando no hacemos nada al respecto.

Para los padres: Riesgos de no hacer nada​

Primeros años

Durante los primeros años de miopía, el cuerpo adapta sus capacidades para compensar el aumento de potencia, tales elementos han de ser entrenados y asimilados como parte de la evolución del ser, y por ello, integrados en el mapa cerebral y los bucles repetitivos del cerebelo.

Es importante, llegados a este punto, actuar, antes de que las adaptaciones y evoluciones que se han generado, lleguen a establecerse de manera permanente, la estructuración muscular, y el cambio de tamaño del ojo son factores que, aunque no podemos controlar directamente, si podemos llevar el control, permitiendo a los profesionales establecer un ritmo de cambio en el aumento de potencia o longitud del ojo, y elaborar un plan acorde al caso, de manera personalizada para cada paciente.

Conocer esto, es primordial para los padres, por ello la difusión de este tipo de información inunda las campañas de prevención de fracaso escolar y detección de alteraciones visuales precoces.

Evolución a medio plazo

El manejo de la miopía, establece un criterio medio a ciertos años vista, por lo que la evolución deseada será simplemente que quede en la media o por debajo, conservando sus capacidades visuales, como la agudeza visual, tan altas como sea posible.

Complicaciones a largo plazo

Las patologías son los grandes enemigos al final del camino, la fase final de la evolución de la miopía, sobretodo a niveles de potencia mayores a -6.00 dioptrías de miopía, pueden provocar un desprendimiento o desgarros de retina, desprendimiento de vítreo posterior, degeneración macular no asociada a la edad, miopía magna… en definitiva un aumento en el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con el fondo del ojo, y muchas complicaciones en cirugías, lo cual siempre es deseable disminuir y evitar en la medida de lo posible.

Para ello es necesario actuar en los primeros signos y no dejar que evolucione fuera de control, cuando ya es demasiado tarde para evitar que se sufran riesgos de patologías y degeneraciones.

Lo más importante aunque una miopía sea muy alta, es no dejar de intentar controlarla, hay tecnología para intentarlo hasta las -20.00 Dioptrías de miopía. Todo lo que sucede en el ojo, es por una razón, y que no sepamos cual es exactamente, no implica que mañana llegue un profesional que pueda dar con la solución, y consiga estabilizarla.

Para los padres: Llevando el control

Dar información para los padres es la mejor manera de conseguir que se fijen y den importancia a los detalles que los profesionales necesitan para evaluar a los más pequeños de la casa
Llevar el control y saber cuando aparecen los primeros síntomas ayuda a determinar las causas de los cambios, como por ejemplo torcer la cabeza.

Cualquiera puede establecer unas metas, unos objetivos y fijar unos periodos de tiempo para lograr el éxito de lo que se proponga. En este caso el éxito de un proceso de manejo de miopía, depende de estos procesos, es decir, que llevar un registro del control de miopía es una buena idea,

Para ello vamos a dejar patentes los mejores consejos que tenemos para los padres, con ellos tu hijo tendrá la mejor evolución miópica posible, porque el seguimiento que tendrá será de 10.

Sigue leyendo para obtener toda la información relativa a los plazos y lo que puedes esperar de un control de miopía y sus resultados para tu hijo, si no sabes por donde empezar, ve a nuestra página de inicio, donde encontrarás la mejor información de métodos de control de miopía de la red.

Es bueno saber de recursos de control de miopía como la calculadora de progresión de miopía disponible en la web de Brien Holden, con la que un profesional te podrá asesora sobre los mejores métodos y más fiables para vuestro caso.